Somos canto de luz cuando describe
su parábola azul intermitente
amantes del amor que nos prohibe,
cruzar el río, y derrumbar el puente.
Capaces de inventar un nuevo mundo
con sonidos y estrellas amarillas
dormir en una espera los segundos,
y castigar al sol, porque no brilla.
Caminar en la luna sus montañas.
Pescar planetas en el infinito.
Escuchar el silbido de las cañas,
y encender en el cielo farolitos.
Somo capaces de matar la ausencia
disfrazando al lucero de soldado
para poder, con solo su presencia,
liberar al amor de sus candados.
Navegar por las aguas siderales,
entrar en la galaxia; de astronautas
detener con la voz los temporales,
escribiendo un concierto para flautas.
Hablando en un idioma que tan solo
pudieran entenderlo los amantes.
Entibiar el silencio de los polos,
y detener la vida a cada instante.
Así es que venceremos; porque somos,
una ilusión buscando su destino.
Dos gigantes vestidos de oro y plomo,
que en la Aurora Boreal, se hacen camino.
León Romero
su parábola azul intermitente
amantes del amor que nos prohibe,
cruzar el río, y derrumbar el puente.
Capaces de inventar un nuevo mundo
con sonidos y estrellas amarillas
dormir en una espera los segundos,
y castigar al sol, porque no brilla.
Caminar en la luna sus montañas.
Pescar planetas en el infinito.
Escuchar el silbido de las cañas,
y encender en el cielo farolitos.
Somo capaces de matar la ausencia
disfrazando al lucero de soldado
para poder, con solo su presencia,
liberar al amor de sus candados.
Navegar por las aguas siderales,
entrar en la galaxia; de astronautas
detener con la voz los temporales,
escribiendo un concierto para flautas.
Hablando en un idioma que tan solo
pudieran entenderlo los amantes.
Entibiar el silencio de los polos,
y detener la vida a cada instante.
Así es que venceremos; porque somos,
una ilusión buscando su destino.
Dos gigantes vestidos de oro y plomo,
que en la Aurora Boreal, se hacen camino.
León Romero