Como agua entre los dedos se ha desvanecido el ayer,
como flores marchitas se ha secado mi ser.
Dejándome desprovista, desnuda, privada de aquellos amaneceres,
que con pesares se acumulan en el rincón, de lo que ya, no se posee.
Lo que ayer cobijé, ya no es, ya no está y el nido de cuentos, las barritas de cera, el jardín de azucenas, y hasta la casa de muñecas
en un mar de ensueños, entre la marea se desvaneció.
Y aquel revoloteo de pájaros traviesos, se lo llevó el viento
como santuario sagrado los borró el tiempo
Hoy solo me fortalecen, los recuerdos de aquellos días felices,
ya sin ese entorno en el que deduces… ¡Qué las golondrinas se quedaron dormidas!
Donde una hebilla con forma de orquídea al desprenderse de tu cabello, yo a ellos la volvía, con esa mirada de cielo brillaba el firmamento… ese mismo cielo que hoy veo tan diferente.
Porque las estrellas eran más bellas cuando ustedes jugaban con ellas,
y los rayos del sol bronceaban mi pie mientras ustedes construían castillos de arena y luego al atardecer…
Enjugaba sus lágrimas porque el mar se llevaba
sus arquitectas obras, llegando hasta ellos los cubría de sombras.
Entonces con mi amor y cariño les decía; que al día siguiente,
volveríamos a construir nuevos castillos, más grandes, más bellos que aquellos que el mar había hundido.
Así su llanto de ángeles ingenuos, se disipaba y mis caricias les devolvían la calma, y con dulces gestos, su amor me regalaban,
se iluminaban sus caritas, entonces en mi regazo se refugiaban
escondiéndose como criaturitas que nada sabían de la vida y todo se volvía alegría.
y la esperanza los mantenía vivaces y muy míos porque eran lo que más quería.
y aun hoy siguen guardados en mi memoria, muchos nidos de cuentos, de hadas, de mimos, cuentos de niños, que yo gloriaba para ustedes
cuentos míos, cuentos de pájaros… CUENTOS DE NIDOS.
DORA SILVANA BULBO