UN HUMILDE RECORDATORIO
Ya se apagó la luz de tu
ventana y está muy fría y llorando dejaste a tantas Rosa, María, Elisa, Olga,
Carolina…
Aunque tú mismo dijiste:
“No quiero que me lloren
cuando me vaya a la eternidad quiero que me recuerden como la misma felicidad”.
Aunque yo quisiera aclarar
que en tanto dure este sueño, como tu misma letra lo dice estés simbólicamente,
entre la tierra y el palmar y sobre el viento que agita el mar.
Más sabe esto, que en la
memoria de Dios estás, y tu nombre escrito en el libro de la vida seguirá, un
rollo que el Santísimo abrirá para cuando llegue el momento en su gloria, y con
su Espíritu Santo y poder en su Reino resucitarás, allí es donde encontrarás un
mundo de sensaciones, entonces sí, la vida seguirá siempre igual, porque no
tendrá final, ya no habrá lagrimas, ni clamor, ni dolor, las cosas del pasado no serán
recordadas… eso promete Nuestro Señor Omnisapiente y Él jamás miente.
Duerme gitano, duerme…
Descansa, demasiado ya has sufrido en este infierno sin esperanza.
Es ésta vida, la cual
estamos de paso, es donde seguiremos escuchando tus canciones que son poesías
con una lírica y metáfora exquisita, letras con rima, tiempo y música, con un
caudal de expresiones que hacían maravillas y las cuales estremecían a muchas
¿Quién alguna vez no se vio reflejado en algunas de ellas?.
Canciones con historia,
con fundamentos, con lógica, las cuales se grabaron en muchas memorias,
con tu voz, con el arte, con la actuación, y con el artista que nos distinguió.
Estos son algunos de los
títulos que quise dejar plasmados en este humilde recordatorio a lo largo de tu
trayectoria, como no recordar: Noches de amantes, Así, Señora de mi corazón,
Paris ante ti, El maniquí… Tengo, Penas y penas así encabece esta carta, más
debo volver a la realidad antes que termine por llorar.
Disculpa por favor por
cambiar algunas frases pero yo no estoy cantando solamente recordando tus
bellas composiciones…
¡¡¡Más como te diré!!! que ya no podremos llenarnos de ti, que el
pájaro de sueños que había ya se fue, que la mortaja del recuerdo me probé, que
en el pasado de la tumba me acosté… ¡Hay
cómo te diré, que ya no es lo mismo vivir sin ti!!!
Necesito terminar de
escribir porque me arrancaste la vida de un tirón, ya que el corazón te lo
había dado, ayúdame a vivir para tu amor, pero no me pidas que me olvide de ti.
Te tendré presente como el
gran artista: Sandro quien con sus 64 años fue un buen equilibrista entre la
fantasía y la realidad, separando su vida intima de su popularidad.
Simple, provocativo,
sencillo, humorista en el escenario, Sandro de América.
Fuera de él, el hombre
espiritual, de perfil bajo, autentico, ser humano excepcional solamente Roberto
Sánchez, ese era el hombre, el cantante, el amigo y desde ahora el legendario
que luchó por su vida, hasta que no pudo más.
Gracias Roberto, gracias
Sandro, fuiste y serás uno de los GRANDES entre los grandes.
SILVAN FREITAS
dorasilvanabulbo@gmail.com
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