Hoy quise escribir un poema
y busqué a mi alrededor,
pero todo estaba en orden,
nada me motivó.
Abrí entonces las ventanas
y mi vista se elevó,
hacia la noche radiante
que pronto me deslumbró.
Contemplé a las estrellas
que en continuo titilaban,
bajo el oscuro manto
donde estaban engarzadas.
Parecían pequeñas linternas
alumbrando todo el cielo,
el paisaje mas hermoso
que mis ojos descubrieron.
La luna silenciosa
adornaba con su belleza,
como si fuera una reina
derrochando su riqueza,
ante el singular espectáculo
que la naturaleza brindaba,
con la humildad de los grandes
que dan, sin pedir nada.
Hoy quise escribir un poema,
pero mi pluma enmudeció,
al contemplar la belleza
que el cielo me regaló.
MARTA BELLO
y busqué a mi alrededor,
pero todo estaba en orden,
nada me motivó.
Abrí entonces las ventanas
y mi vista se elevó,
hacia la noche radiante
que pronto me deslumbró.
Contemplé a las estrellas
que en continuo titilaban,
bajo el oscuro manto
donde estaban engarzadas.
Parecían pequeñas linternas
alumbrando todo el cielo,
el paisaje mas hermoso
que mis ojos descubrieron.
La luna silenciosa
adornaba con su belleza,
como si fuera una reina
derrochando su riqueza,
ante el singular espectáculo
que la naturaleza brindaba,
con la humildad de los grandes
que dan, sin pedir nada.
Hoy quise escribir un poema,
pero mi pluma enmudeció,
al contemplar la belleza
que el cielo me regaló.
MARTA BELLO