No siempre el sendero recorrido
nos lleva al puerto de las esperanzas,
y al estallar contra un mar bravío
nos hundimos en las aguas de la desesperanza.
Intentamos escalar altas montañas
o excavamos, en busca de tesoros escondidos,
creyendo abrir aquel escondrijo
donde se guardan secretos perdidos.
Es ahí, en el valle de los silencios
cuando el viento susurra algún sonido,
allí se acurrucan los designios
o el eco, de un te quiero… dormido.
Entonces allá a lo lejos…
En las colinas de los sueños desposeídos,
se encuentra la razón de los porque,
de tantos días vacíos…
y al fin comprendes que aun es tiempo de revivir
lo que creíste… haber perdido.
nos lleva al puerto de las esperanzas,
y al estallar contra un mar bravío
nos hundimos en las aguas de la desesperanza.
Intentamos escalar altas montañas
o excavamos, en busca de tesoros escondidos,
creyendo abrir aquel escondrijo
donde se guardan secretos perdidos.
Es ahí, en el valle de los silencios
cuando el viento susurra algún sonido,
allí se acurrucan los designios
o el eco, de un te quiero… dormido.
Entonces allá a lo lejos…
En las colinas de los sueños desposeídos,
se encuentra la razón de los porque,
de tantos días vacíos…
y al fin comprendes que aun es tiempo de revivir
lo que creíste… haber perdido.
DORA SILVANA BULBO