A MI MADRE MAMÁ

DEDICADO A MI MADRE (4/12/2008)



Más de ocho décadas han pasado, que puedo esperar de ti, hacia donde irá tu memoria, quizás este divagando por ahí…
Quien sabe si tendrás presente que tú eres parte de mí.
¡Cómo saberlo madre mía!
Cómo entrar en tus pensamientos, si muchas veces estás perdida entre el pasado… el presente y los espacios, se van tejiendo en tu memoria perdiéndose, a lo largo de la historia.
¿Mamá, mami me escuchas, sabes lo que te estoy diciendo? PAUSA
A veces si, a veces no y otras tantas me miras sin mirar, es así cuando me veo a mi misma, entonces triste y afligida, te observo, sin que tu lo notes, es que a mi me pasa lo mismo y lloro en silencio, será por eso que puedo comprender tus melancolías, tus acallados quejidos, tu dolor, la agonía del alma, nuestro mundo cubierto de abismo, porque brota del espíritu, nace de nuestra propia esencia, quizás seamos idénticas y la genética a hecho eco de nuestra existencia.
¡Oh madre mía! Presto atención a tantos pliegues en tu rostro, en tu piel… esas arrugas que me están diciendo que la vida es breve, efímera,
No sé cuantos ciclos más seguirás de pie o sentada en tu cómodo sillón.
¿CUANTOS AÑOS CUMPLES?
¡Ochenta y dos, ochenta y tres…Que más da!
¡Como desearía hallarte cada vez que voy a verte, un poco más feliz!,
Sonriente, fortalecida, sin esa bruma que enluta tu tez pálida y blanquecina, sin ese gesto de amargura que te cubre y debilita.
Sé que es imposible, es una fantasía mía… que desearía que se cumpla.
Pero al menos una vez sonríe para mí, sólo para mí, si mamá sé…
Sé que nadie entiende el porque, de los que padecemos esa dolencia, a veces resulta difícil, cambiar el sentido de cuanto, nos acontece. PAUSA
¡Anhelaría dedicarte muchos más momentos de los que te doy!
Es que cada vez que me tengo que ir, repites la misma frase.
Se me anuda la garganta al darte un beso, y tú aprietas mis manos con esos sentimientos tristes, diciéndome:
¡No te vayas, quédate aun es temprano.
¡No puedo… no puedo madre mía, el tiempo es cruel y mezquino y
debo seguir con ese monótono ritmo que nos marcó la vida!
Yo se que al verme tu vidorria, tu alma y todo tu ser se enciende
y tus sentidos se remontan hasta el período en que me llevabas en tu vientre, llenándome de paz, de sosiego, de esa calma tan necesaria, que todavía; trato de sentir como bálsamo de mirra y ungüento, aunque sea pasajero…
¡Qué pena, que ese tiempo se fue, sí, se fue como el aire, como el viento!


DORA SILVANA BULBO