A los gritos te recuerdo,
al compás del bandoneón.
Llorando dejo mil sueños,
de una ilusión que murió.
Es el canto un torbellino,
que me permite expresar,
el dolor, el sufrimiento,
tu traición y tu maldad.
Soy la guitarra llorona,
del conjunto musical.
Soy el bajo que devora,
que se encuentra en soledad.
Soy bandoneón que despliega,
y se retuerce al llorar,
soy canción desesperada,
de un cantor que no da más.
Por eso cuando me busques,
sólo me podrás hallar,
en las tristezas de un tango
o llorando en un portal.
ELBA REGINA GARCIA
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