¿PODRÍA LLAMARSE MILAGRO?

Ya casi nada es tan importante si tú sigues viva, si aun me despiertas cada mañana con tus acostumbradas travesuras, con tus caprichos que tanto conozco, para llamar mi atención, me siento regocijada, de nuevo saliste adelante, no puedo comparar todo el oro y las riquezas que el universo pueda ofrecerme, mientras tú estés con vida, por que hay cosas que no tienen precio, parece una tontería, muchos dirán que soy estúpida, que leo boberías
¿Acaso la fama, el yoismo, la rivalidad, que tanto impera en este mundo surrealista y superfluo; puede ser más esencial que tener la alegría de verte correr por todos lados feliz y alocada como para restarle importancia a éste milagro que el Altísimo me ha concedido? ¡Qué pregunta, y cuántas respuestas quedan en el aire! ¿Se podría afirmar que éste prodigio que Dios me concedió prometiéndole dejar el odio atrás y seguir mirando hacia adelante junto al hombre que amo, a mis seres queridos, a mis amigos, se puede decir que es la perfección trazada a través de algo mágico?
Muchos se preguntarán a quien le escribo o que no entienden lo que aquí estoy expresando, es que a nada se compara al miedo de perderte y el sosiego de tenerte. El pasado es difícil de olvidar, es lógico que no pueda arrancarlo instantáneamente, los recuerdos están, el ayer existe, el error de aquel a quien le prometí que jamas viviría en paz, sin que pudiera quitarme de su memoria, ha quedado insolvente. ¿Por qué?
Porque tuve miedo, porque sentía que mi existencia quedaría rota, vana, vacía sin tu presencia, dejaré que aquellos que me envenenaron la sangre se encargue nuestro Padre Celestial, es el único que podrá hacer justicia, que a El le rindan explicaciones y también el perdón eterno, yo ya no podré mantener esa promesa. Mientras tanto ruego… que no me dejes, que sigas aquí conmigo, que no emprendas ese camino del cual jamás se regresa, por eso un gran hombre es quien me contiene, quien me da ánimo, el que me apuntala con su dulzura, comprensión y con el amor más grande que pueda existir, cada vez que las dos caemos, y de manera ilógica necesitamos ser asistidas. El es parte fundamental de toda esta lucha contra el mal, las enfermedades, los tropiezos, la muerte… en fin hacerle frente al vivir cotidiano de no saber quien actúa con total sinceridad y el que da pasos esquivos que suelen confundir, dañar y hasta hacer que nos preguntemos una y mil veces, el porqué ¿Quién nos quiere sinceramente, quien miente, quien actúa con maldad? Otra pregunta difícil de contestar, claro que tarde o temprano toda mala semilla queda al descubierto, toda falsedad o bondad termina por resaltar… Ahora lo único verdadero es que ese pequeño ser, indefenso, vulnerable, inocente, fiel lo tengo a mi lado, luego se verá que senda hay que seguir. El tiempo y la paciencia harán lo demás. Esa fue mi promesa, y así la cumpliré, aunque se que me costará horrores. A Dios le dejo mi carga y resentimientos. Y a ella que me acompaña desde hace ocho años, que siga con sus travesuras, con sus ronroneos matinales, con sus gruñidos, con su vida de felina… mientras dure muchísimos años más.

DORA SILVANA BULBO