MUJER OTOÑAL

Mujer otoñal pisa las hojas secas caídas de árboles perennes,
sueños efímeros que desvelan y entre ensueños cree ver…
Ver el perfil de quien fue su amado en vida,
se acerca lo mira, exclama de alegría:
Has vuelto amado mío a estás aquí, puedo besarte,
bésame, acaríciame, te quiero, te acaricio…
querido mío, no has partido…
De pronto el chasquido de las hojas secas de otoño al pisar,
me vuelven los sentidos, se escucha el cantar del ruiseñor,
el trinar de los pájaros, la luz del sol filtrándose a través
de ese túnel entretejidos de árboles que se enlazan entre si
y un camino largo donde la figura amada se esfuma.
Entonces lloro con la misma angustia y melancolía
de hace un momento atrás,
la imaginación me traicionó, me hizo ver sólo como
la mujer otoñal que se pierde con su ensoñación,
bohemia y abstracta.
¡¡OH DIOS!!
¿Por qué se fue y el invierno viene tan pronto?
Tarde gris de copiosa llovizna en que su figura se perfilaba
con el sol y ahora que despierto todo se acabó; la realidad…
Más de pronto, vuelvo al túnel de árboles entrelazados,
con su colchón de hojas secas, piso blandamente, sigo caminando
sin rumbo... y a lo lejos veo el perfil borroso de alguien
que se acerca y viene hacia mí, como a tres o cuatro metros de distancia,
mis ojos no dan crédito a mis sueños.
Como un duende tiemblo y mi corazón se agita, palpita de emoción,
vívida felicidad, petrificada y con los ojos llenos de lágrimas me habla,
me estrecha entre sus brazos y me dice:
-Acá estás mi dulce amor, no te dejaré nunca más, no nos separaremos de ningún modo,
viviremos eternamente unidos ¡Cuánto te quiero, mucho más que antes, menos que mañana-
Nos abrazamos y nos amamos por largas horas sobre el lecho de hojas secas.
Que fue ensueño, imaginación, él vino a m...
¿o yo ya no estoy en este mundo?
Tal vez ninguno de los dos ya estemos aquí…
Sí éste en un bello entorno, mejor, eterno, infalible,
nos seguiremos amando imperdiblemente imperecederamente…
¡Acaso sigo soñando o he partido hacia su morada! Váyase a saber…
Que misterios y designios tiene Nuestro Señor para el ser que vive y cohexiste...

DORA SILVANA BULBO